Una cadena productiva está constituida por diferentes agentes económico que se vinculan en los procesos para producir bienes y servicios para ciertos mercados y abarca la proveeduría de insumos, su transformación y los servicios necesarios para que lleguen a sus destinatarios finales.

Cada empresa se ubica, siempre, en una diversidad de cadenas de producción, dónde algunas veces son los proveedores y otras los consumidores que demandan productos y servicios para su transformación y satisfacción de necesidades.

La capacidad para permanecer o insertarse en las cadenas de producción (o en cadenas nuevas, innovadoras) es una de las condiciones que aseguran el éxito en el desempeño y la continuidad de nuestros negocios. Sólo piensa: cuando a nos falla algún proveedor, pierde nuestra confianza, pero también nos expone a perder la confianza de nuestros clientes.

En la actualidad, las redes de producción son tan vastas y complejas, que pueden provenir de cualquier lugar del mundo. Ya no es sorpresa para nosotros tener acceso entre nuestros insumos a bienes o servicios que se generan en lugares tan lejanos como algún país asiático, y tampoco debe ser sorpresivo saber que un producto o servicio de nuestra empresa, puede ser consumido en mercados extranjeros.

En esta dinámica se pueden observar algunas ventajas para nuestras operaciones, como la reducción de costo de producción con insumos más económicos o el acceso a mercados internacionales; pero proporcionalmente está también la amenaza de ser sustituidos de nuestras propias cadenas de producción frente al poder de competencia que tienen los proveedores de otras economías.

La mayoría de las veces, la diferencia está en el uso de las nuevas tecnologías. Un sistema de comercio electrónico dirigido consumidor final, o para hacer negocios entre empresas, siempre tendrá más alcance que sólo las instalaciones físicas.

Estas son algunas recomendaciones que pueden ser claves para asegurar la competitividad de tu producción en tus propias cadenas de valor frente a competidores tan diversos y de dimensiones desconocidas:

1. Nunca sacrifiques la calidad de tus productos o servicios con proveedores de dudosa manufactura, de incierta producción o con múltiples intermediarios, para reducir costos.
2. Así como lo haces con tus mercancías, establece sistemas de evaluación de calidad, costo y oportunidad para tus propios proveedores.
3. Consolida alianzas con empresas complementarias en tu región de influencia para alcanzar beneficios mutuos. Te pueden aportar una mejor oferta por volumen, existencias, transporte, tiempos de producción, etc.
4. Cumple siempre el compromiso sobre los tiempos y los volúmenes de entrega.
5. Abre tus espacios de innovación a fuentes de ideas propias o locales, y mantente actualizado sobre las tendencias del mercado en tus cadenas de valor.
6. Actualiza las bases de tecnología que te pudieran estar faltando, para mejorar las condiciones de producción, calidad y entrega, y de manera muy importante en tus sistemas de administración y planeación.

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